Algunos ismos de la lengua española.

Algunos ismos de la lengua española.

Partiendo de un ostracismo convencido, mi intención a través de este artículo no es otro que reflexionar, desde un punto de vista lingüístico, sobre el empleo del sufijo ismo hoy y en relación con la actualidad política.

Sí, hoy haré que literatura y política se den la manopara señalar las diferencias de dicho sufijo entre ambas doctrinas.

¿Preparado? Vamos.

Para la RAE, el ismo es cualquier movimiento artístico, literario o filosófico y en general efímero. De modo que a principios del siglo XX disfrutamos de las Vanguardias en literatura: el Creacionismo de Huidobro, el Ultraísmo de Borges o el Surrealismo de Alberti o Lorca, por citar algunos ejemplos.

Todos ellos comparten algo,son movimientos rupturistas, de rebeldía, que pretenden el impacto social y que se prolongan poco en el tiempo, son efímeros.

Pero el ismo es un sufijo de origen griego que significa doctrina, sistema, modo o partido. De ahí que lo encontremos también en el lenguaje referido a la política, así podemos hablar de Socialismo, Populismo, Nacionalismo y una nueva a la vez que vieja corriente, el Independentismo. Al contrario de lo que ocurre con el arte o cultura, estos ismos han venido para quedarse o en su defecto, para prolongarse en el tiempo.

Hay otros ismos que están íntimamente relacionados con el mundo político y son negativos como son el terrorismo, machismo. En contraposición a este último nació el feminismo.

Una pregunta, ¿con el sufijo ismo, nos referimos hoy a un extremo que, en general, conlleva connotaciones negativas? En alguna ocasión, habrás escuchado eso de que, por lo general, los ismos no son buenos puesto que se relaciona con los extremos, y estos nada tienen de ventajoso. Otras veces, llegamos al acuerdo de que algunos son negativos, como el terrorismo o el machismo, otros dependen de los ojos o, más bien de los corazones que lo sientan, como el Nacionalismo o Independentismo. En lengua española, otros ismos negativos son leísmo, laísmo o loísmo.

Y un término que resulta un tanto conflictivo es el feminismo, pero ¿por qué? 

Es un principio de igualdad de los derechos entre hombres y mujeres, por tanto, atendiendo a su definición, supongo que no existe mujer que no la comparta. Pero ¿qué ocurre cuando este feminismo es trasladado o visto como una corriente o movimiento? Parece que ahí está el problema, cuando se defiendo el término como un movimiento, porque esto no es compartido por todas las féminas.  Precisamente, en redes sociales, sueles leer discrepancias entre mujeres. Personalmente recuerdo la última protagonizada en Twitter entre la perdiodista Isabel Rábago y la actriz Anabel Alonso. Una decía que era femina, no feminista y la otra le respondía argumentando que las feministas no son ornitorrincos. Por eso, el empleo exacto de cada vocablo es tan importante, así evitaríamos batallas dialécticas desagradables entre mujeres cuando pretendemos luchar por un objetivo común. A veces, es necesario diferenciar el término del movimiento.

La línea que existe entre el ismo y la connotación negativa es muy fácil de sobrepasar. Y es que la lengua es la mejor o peor arma que poseemos, al menos, la que tenemos más cerca, la llevamos dentro y todos la podemos usar. Y la intención del hablante o su mal uso, será el responsable de estigmatizar determinadas palabras.

Así, en ocasiones, muchas mujeres no se sienten identificadas con los movimientos feministas pese a estar de acuerdo con su definición y sentir rechazo al machismo. También la derecha española tildará de populismo al hacer de un determinado sector político mientras que el socialismo se mantiene referido a un partido simplemente, con independencia de su ismo.

En definitiva, el devenir de la política ha influido en el significado de determinadas palabras aportando connotaciones de las que carecían.



Cuidado con la intención que ponemos a las palabras, pues podemos convertirlas en peligrosas armas.

¿Cuál es tu opinión? ¿Qué ismo crees que falta y es relevante hoy en día?

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